martes, 15 de enero de 2008

Exámenes

Otras veces los exámenes se presentan como una liberación. Que lleguen los exámenes significa que una etapa se acaba, un cuatrimestre, un curso si estás en septiembre. Llega un mes, tres semanas, el tiempo que le lleve a cada uno prepararlos de estrés continuo, de angustia y nervios, pero… es eso, sólo unos días. Luego pasa, y se acabó. Vuelta a la tranquilidad (sobre todo si los resultados son buenos).
Pero esto sólo suele pasar cuando tus exámenes están preparados y tú estás preparada para ellos. En este caso, esta no es mi situación. He vivido un cuatrimestre que bien se podría comparar al primero de segundo de carrera, de resultados desastrosos (en aquel caso excusados por una enfermedad) (aunque puede que en este caso también se pueda excusar con otra, al fin y al cabo la locura de amor también puede considerarse una enfermedad), con la diferencia de que este año me ha salvado el haber empezado el último año de mi carrera con ganas, lo que hizo que para cuando me volví vaga, muchas de las cosas ya las tenía adelantadas.
Pero muchas otras no, y es aquí cuando me arrepiento, aunque… no del todo. No es un arrepentimiento absoluto. He perdido mucho tiempo, sí, he faltado a muchas clases sí, pero sinceramente, prefiero pensar que ha sido por haber compartido unos días maravillosos con una persona maravillosa que por haber tenido que quedarme en una cama muerta del asco.
Sí, es cierto mamá, estas navidades no he dado palo al agua, pero no siento que haya perdido el tiempo. Tal vez me arrepienta de estas palabras en verano, en agosto, cuando tienes que empezar a ir a la biblioteca a prepararte las asignaturas que tienes para septiembre (mi récord está en aquel segundo de carrera, con cuatro asignaturas como cuatro soles veraniegos para septiembre), pero ahora mismo, no sé si a causa del amor o de… la dejadez absoluta en la que me veo inmersa, no me preocupan para nada mis exámenes, cosa que me asombra, puesto que yo siempre había vivido por y para mis estudios.
Por un lado me siento bastante confiada, la verdad es que las asignaturas que tengo que estudiar de esta vez no se caracterizan por ser las más complicadas de la carrera, y por otro, me apetece que me quede alguna para el verano (aunque no empecemos a suspender tan pronto, que todavía queda historia de la lengua) así ya habrá dos cosas que me aten a mi personalmente a Zamora este verano, y una razón para que mis padres no me ofrezcan planes altamente apetecibles que encantada sacrificaría para quedarme en la ciudad que más odio en verano, que dejaré de odiar si tú te quedas conmigo.



¡Esto es asqueroso! Intentaba no hablar de amor, esto no es una “cursilada”, pero… debe ser que “love is in the air”, porque por todas partes me sales…
Al fin y al cabo “todo gira en torno a ti”.

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