domingo, 28 de septiembre de 2008

No hay nada más hermoso que detener el tiempo a besos.

Unos labios son capaces de parar las manillas de un reloj. Y el amor, puede alterar cualquier mecanismo.











Que el fin del mundo nos pille besándonos.

jueves, 25 de septiembre de 2008

La verdad os hará libres

Esas palabras aparecían delante de mi durante... dos años de mi vida más o menos, todos los días de lunes a viernes cada vez que salía del aula donde estudiaba en bachiller, que solía ser varias veces la día ya fuera para ir al servicio, para hablar con mis amigos entre clase y clase, para salir al recreo...
Y esas palabras aparecen también recogidas en La Biblia, en el evangelio de San Juan, exactamente en el capítulo 8, versículo 32. Por lo tanto es fácil que sepa cómo relacionarlas con mis años de colegio, pues yo fui a un colegio de monjas.
Pero hoy las quiero relacionar con el mundo real, con lo que hacemos, vemos, leemos, creemos a diario. ¿Realmente somos tan libres como creemos? ¿Realmente estamos en posesión de la verdad? ¿Realmente nos damos cuenta de lo que ocurre a nuestor alrededor?
La primera respuesta, instintiva, sería "sí". Soy libre: hago lo que quiero, siempre que respete unas normas básicas de convivencia que no me quitan la libertad, sino que me hacen ser humano. Estoy en posesión de la verdad: sé que lo que hago, la gente que conozco, la información que recibo... se basa en una serie de realidades que la convierten en verdadera. Y por supuesto, me doy cuenta de lo que sucede a mi alrededor.
Pero si abrimos un poco más nuestro campo de visión y nos paramos a pensar... ¿Seguimos respondiendo afirmativamente a estas y otras muchas preguntas que resultarían tan evidentes en un primer momento?

No puedo afirmar que esto sea verdadero, que todas las pruebas que aquí se muestran sean ciertas: si unos falsean, pueden falsear los creadores de este documental. Pero al menos hace que te pares a pensar.
Por eso os quiero recomendar este documental, que además no tenéis ni que descargarlo, puesto que podéis verlo on line en el siguiente enlace: http://video.google.es/videoplay?docid=8883910961351786332

¿De qué va? Supuestamente, de la verdad. Del ¿de dónde venimos?, del ¿a dónde vamos?, del ¿qué está pasando? y del ¿qué pasará? Y también del ¿cómo hemos podido acabar así? y del ¿qué será de nosotros?.


La cristiandad, junto con todos los demás sistemas teístas de creencia, es el fraude de la era. Sólo sirvió para separar a los hombres que viven en el mundo. Respalda la sumisión ciega a la autoridad. La religión nunca podrá reformar a la humanidad porque la religión es esclavitud. Reduce la responsabilidad humana al efecto de que Dios lo controla todo y los crímenes a su vez horribles pueden ser justificados en hombre de la búsqueda divina. Y aún más importante, otorga poderes a aquellos que saben la verdad pero usan el mito para manipular y controlar sociedades. El mito religioso es el más poderoso dispositivo jamás creado.

¿Jamás creado? Os invito a ver, tranquilamente, este documental y si os quedáis con ganas, a que reaccionéis ante lo que habéis visto.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Toledo mágico


Esta semana me he acercado a conocer Toledo. Desde hace mucho tiempo tenía ganas de ver esta ciudad, porque la mayoría de la gente me había hablado maravillas de ella y además, la ciudad alberga muchas de las obras de uno de los más grandes pintores que pasaron por España, y uno de mis favoritos: El Greco.
Ni la ciudad ni el famoso pintor me han defraudado. Todo lo contrario: he venido absolutamente encantada de todo lo que he visto. Toledo es una ciudad que emana cultura y culturas por todos sus poros. Los paseos por sus laberínticas callejuelas (y empinadas cuestas y más cuestas) te descubren rincones llenos de arte y llenos de historia. De lo más pequeño pasas en segundos a lo más majestuoso, a su catedral, sus palacios, sus grandes conventos, su alcázar, sus robustas torres... que siluetean la bonita estampa de una ciudad muy especial y recogen a sus pies otros pequeños tesoros como las sinagogas, las mezquitas, las pequeñas iglesias mudéjares...
En definitiva, un precioso lugar para recorrer y admirar por el día y para perderse entre sus calles por la noche.

martes, 9 de septiembre de 2008

Prefiero vigésimo tercero que veintidós

Hoy me ha tocado cambiar la cifra de las unidades de mi edad por una más. Y aunque lo he hecho con mucho gusto, ya que estoy contentísima de poder disfrutar de otro año más de vida y de que el último haya sido tan especial, lo he hecho con algo de miedo.

El número 22 me da miedo, y no sé por qué. No me gusta nada, antes de tenerlo como número que represente la edad que tengo en la actualidad ya le tenía un poco de manía, y no quiero manchar de prejuicios y supersticiones este año de mi vida.

¿Qué tienen los números que nos hacen quererlos u odiarlos? ¿Por qué nos gusta más un número o nos deja de gustar otro? Como mujer, debería odiar el 30 o el 40, pero... ¿por qué el 22?

Según la wikipedia, el 22 es el número natural que sigue al 21 y precede al 23. Es un número compuesto y... como la suma de sus factores es 14 se trata de un número defectivo. ¿Eso querrá decir que trae defecto? (Yo soy de letras) Y también dice la wikipedia que la Biblia termina en el capítulo 22. No sé si eso es bueno o malo.

Científicamente eso de defectivo no me ha dejado muy tranquila, así que voy a indagar en el campo de la numerología. El número veintidós es un número maestro. (¿Este año seré profesora?) Es un número práctico. La obligación cósmica de un número 22 le exige vivir no sólo de sueños e ilusiones, también de realidades.



Esta vez me voy a quedar con la otra ciencia. Y como si hay algo que soy es optimista, cambiaré el 22 por el vigésimo tercero y disfrutaré de este año al máximo intentando alcanzar mis metas y haciendo realidad mis sueños.

¡Ya os contaré dentro de un año!

jueves, 4 de septiembre de 2008

El amor te cambia el verano

Siempre había temido el verano por ser la época del año en la que más me aburría: no tenía mucho que hacer y además el calor me retenía en casa hasta que el día ya se había ido.
Pero todo ha cambiado desde que me enamoré, hasta el punto de que esta vez he llegado a disfrutar del verano de verdad. He aprendido a mirar la vida con unos ojos más cálidos, y ahora, temo que se vayan estos días de vivir para el amor...