sábado, 19 de enero de 2008

Con una cama vacía

Me encanta estar contigo. Podría pasarme la eternidad a tu lado, y aún así me quedaría con ganas de ti.

Todavía no sé como llevar tu ausencia. Lo peor de quererte tanto es llegar a casa y ver mi cama vacía, con las sábanas revueltas que (sí, lo he comprobado) aún huelen a ti.

Y con la insoportable compañía de tu olor, que me recuerda constantemente que no estás conmigo, tendré que dormir todas las noches hasta la próxima, la que vuelva a pasar contigo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bea, no sabes lo que agradezco leer a una de las pocas personas en el mundo que saben que "ti" no lleva tilde...

Y es mucho peor el dolor del vacío cuando las sábanas te huelen a alguien que sabes que nunca volverá a pasar por ellas, créeme.

Gemita dijo...

Muy oportuno tu comentario, chica inoportuna.
Y el olor de alguien que un dia deja de volver, sin más, no se queda impregnado unicamente en las sabanas...