Y con ello ha vuelto también la pasión por el cine. Cada cierto tiempo me desencanta la cantidad de películas que llena las salas y que ya poco (o más bien nada) tienen que ver con el cine, con el séptimo arte. Y, por alguna extraña razón, las sorpresas siempre me las llevo en casa.
Cuando abro mi carpeta de películas y me decido (últimamente me cuesta mucho sacar ganas para ver una película... también son épocas) por una de las que me he bajado (que suelen ser, en su mayoría, películas que pasaron por la gran pantalla hace mucho tiempo), en la mayoría de los casos me veo un peliculón. Siempre hay alguna que se cuela, o alguna que me bajo con el único fin del entretenimiento rápido, pero mi instinto suele acertar y suele elegirme películas fantásticas. Películas que son arte.
Y cuando hablamos de arte y de cine qué mejor que El gabinete del doctor Caligari.
2 comentarios:
qué bacán debe ser estudiar algo que te gusta
eeeeeeeeeen fin
besos
.
no pudiste hacer mejor elección
concuerdo contigo, parece que el cine se eleja cada vez más del arte
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